presente comenzó a desfigurar el futuro que una vez fue promesa
ineludible en un pasado ya obsoleto, ajeno a la inmediatez que suscita
la más inverosímil despreocupación, el desmedido desinterés y la desidia
más conspicua.
Yo, emborronada bajo las oscuras manchas de tinta negra, intento buscar un agujero de luz perdido en el infinito de las posibilidades... y no lo encuentro, todo se ha opacado.
Él, intenta por sobre todas las cosas parecer normal con su despótica
postura camuflada bajo el aparente remanso del deber cumplido.
Hipocresía, sobreviene distraidamente dirigida al núcleo infalible de la controversia. No hay acuerdo. No hay satisfacción...
Dos seres se enredan en la permanente vorágine de la diferencia de opinión.
Discuten acaloradamente. Se lastiman. Están fabricando su rencor a
fuerza de sutiles argumentos malintencionados, de erróneas conclusiones
desprovistas de significado aparente. Llegados a un punto crucial donde
los intereses atraviesan las placas tectónicas del aburrimiento y la
desidia provocando heridas irreparables, las voluntades se doblegan y
los ánimos caen por tierra, pero nadie se rinde.
Dos seres se han herido profundamente dañando su corteza cerebral y la válvula mitral del ventrículo izquierdo.
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Solariana Penalva
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