"Escribir es soñar despierta, imaginar en palabras, grabar los pensamientos, atravesar muros, saltar barreras, burlar límites, traspasar fronteras, vivir en libertad"
Solariana Penalva

lunes, 14 de junio de 2010

Amor en la distancia

O- Ahh..., ahhh..., hummm..., ay..., ay..., ay..., ayayayayayayay..., sigue..., sigue..., aprieta..., más fuerte..., más rápido..., ah..., ah..., ahhhhhhhhh..., oh..., oh..., ohhhh..., ahhh, ahh...


T- Ahhhh, ahhhhh... Amor..., qué a gusto me he quedado, ¡me fascina la suavidad de tu piel!..., cada día soy más feliz contigo. ¡Qué bien me siento!
Voy a preparar el desayuno..., ¿te apetecen tostadas?, ¿con mantequilla o con aceite?, aunque hoy podríamos permitirnos unos croissants mojaditos en leche chocolateada... Voy a prepararlo, tú quédate un ratito más en la cama disfrutando de las sábanas con olor a almizcle y ámbar.

O- Te quiero, cada día más.

T- Y yo te adoro...


Al momento T-46 está de regreso de la cocina portando en un cuenco varias cápsulas de colores y sabores diferentes, muy nutritivas, equilibradas, sin colesterol, con una fórmula hídrica bien compensada en ácidos grasos omega 3, omega 6, lecitina de soja, betacaroteno, alicina, taurina y otras sustancias y nutrientes beneficiosos para la salud, aunque no se ha podido evitar en su composición algunos elementos despreciables provenientes de la última radiación solar que terminó de atravesar la última y frágil capa de ozono de la atmósfera terrestre.

T-46 y O-39 son pareja desde hace más de 140 años pero por cuestiones de trabajo no viven juntos. T-46 es ingeniero en una planta nuclear habilitada por una empresa terrestre de renombre en la zona noroeste del planeta Plutón, mientras que O-39 trabaja como empleada en un importante puesto en una sucursal de los laboratorios lunares Selene S. E., que desde el año 3.024 quedó establecida en la estrella Procyon, en su parte menos luminosa.

O-39 y T-46 acaban de vivir una de sus habituales escenas domésticas; como tienen por costumbre, han disfrutado de un momento íntimo satisfactorio y placentero en un maravilloso encuentro sexual de los que son proclives esta pareja bien avenida de macho y hembra terrestres cuyo amor surgió espontáneamente a raíz de un flechazo en una intercomunicación galáctica, siendo ambos muy jóvens, mientras O viajaba en una excursión organizada de fin de curso a Júpiter y T acababa de terminar su siesta y se disponía a volver a su trabajo cuando todavía se encontraba desempeñando su primer empleo en el planeta Tierra.

Durante este encuentro pasional, O ultimaba sus preparativos pues salía al día siguiente de viaje en misión de trabajo para resolver unos asuntos que implicaban de cerca a su sección en el laboratorio. Habría de madrugar, ya que la empresa la enviaba a Orión, que queda bastante distante de Procyon. Mientras tanto, T participaba en una acalorada reunión de ingenieros, técnicos, directivos y asesores, provenientes de varios puntos del universo, sobre los últimos acontecimientos y descubrimientos incidentes en la problemática vigente en cuanto a energía nuclear.

Minutos antes de comenzar cada uno su tarea, los dos habían programado sus computadoras sincronizándolas perfectamente para poder vivir su encuentro sexual en el mismo instante teniendo en cuenta la diferencia horaria de 158 horas, 36 minutos, 15 segundos, existente entre Plutón y Procyon.











Solariana Penalva

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